Más disposición para realizar las tareas del día, fortaleciendo el sistema cardiovascular, mejorando la salud mental, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas y ayudando a controlar la ansiedad. Si nos sigues desde hace tiempo o sigues un estilo de vida más saludable, sabes que estos son algunos de los beneficios que proporciona la actividad física regular.
A pesar de las ventajas, sabemos que mantener una rutina de ejercicios no siempre es fácil. La falta de motivación, la ajetreada vida diaria y la falsa ilusión de que no es posible compaginar el entrenamiento con otras tareas nos impide en ocasiones empezar a llevar una vida más activa.
Pero, cuando finalmente entendemos que mover nuestro cuerpo es fundamental para estar sanos y “comenzamos” nuestro entrenamiento, olvidamos algunos detalles que pueden influir (mucho) en la forma en que nos ejercitamos y vemos este nuevo hábito.
Si estás por iniciar una rutina de entrenamiento, quédate con nosotros hasta el final de este artículo y mira qué aspectos es importante que conozcas antes de realizar cualquier actividad física. ¡Síguenos!
Al fin y al cabo, ¿cuál es la mejor actividad física?
Si tienes planes de empezar a hacer ejercicio, esta puede ser tu pregunta. Pero la verdad es que no existe una respuesta correcta.
Elegir la actividad física es una cuestión muy personal. Lo que es bueno para usted puede no serlo para otra persona, por lo que no hay forma de decir cuál es mejor. Todo dependerá de tus objetivos de entrenamiento, tu estado de salud y tu preferencia por la modalidad de ejercicio. Es importante elegir uno que te guste hacer.
Hoy en día, son muchas las posibilidades que se ofrecen en el mercado: danza, culturismo, entrenamiento funcional, crossfit, aeróbic (caminar, correr, nadar y andar en bicicleta), yoga, pilates y muchos otros. Con una lista extensa como esta, seguro que encuentras una actividad que se adapta a tus necesidades y preferencias.
Puntos que debes saber antes de empezar a entrenar
Después de elegir la actividad física con la que más te identificas y te produce placer, es hora de empezar, ¿verdad? No exactamente. Es fundamental que conozcas y cumplas algunos aspectos antes incluso de empezar a entrenar. Mira cuáles son y ponlos en práctica hoy.
1. Consulta con un médico antes de realizar cualquier ejercicio.
Lo primero que debes hacer antes de iniciar una actividad física es acudir al médico para que valore tu estado físico y te aconseje sobre la intensidad de los ejercicios.
A través de esta consulta y de las pruebas que el profesional pueda solicitar, es posible saber si tienes alguna restricción respecto a la actividad elegida y si tienes algún problema de salud silencioso que pueda manifestarse durante el entrenamiento.
Normalmente, los médicos recomiendan realizar seis pruebas para un análisis completo. Lo ideal es que este chequeo se haga antes de empezar a hacer ejercicio y que los repitas anualmente, independientemente de tu estilo de vida. Vea la lista de pruebas más recomendadas:
- Glicemia en ayunas.
- Colesterol total y fracciones.
- T3, T4 y TSH.
- Electrocardiograma.
- Ecocardiograma.
- Prueba ergométrica.
2. Empiece poco a poco
Es normal que cuando empiezas a hacer ejercicio quieras ver resultados lo más rápido posible. Sin embargo, tener tanta sed de marihuana para conseguir tus objetivos es un error que puede traer graves consecuencias, especialmente para quienes llevan un tiempo sedentarios.
Al empezar con todo, entrenar todos los días durante más de dos horas, te expones al riesgo de sufrir lesiones y acabar sin poder realizar los ejercicios durante días, en el peor de los casos, meses. La lesión también puede acabar con tus ganas de empezar un nuevo hábito. Piensa, si volver a entrenar después de unos días de descanso ya es complicado, imagínate después de un periodo más largo.
Por eso, es importante respetar tu cuerpo y empezar poco a poco, con entrenamientos más ligeros. A medida que tu cuerpo se vaya adaptando a los ejercicios, podrás aumentar el ritmo y la intensidad si así lo deseas. Habla con tu entrenador personal y decidid juntos qué es lo mejor para vosotros.
3. Hacer ejercicio todos los días no proporcionará resultados más rápidos
Este aspecto está directamente ligado al anterior. Esto se debe a que, para ver resultados rápidos, puedes terminar exagerándote en términos de frecuencia de entrenamiento.
Hay quienes creen que hacer ejercicio todos los días de la semana aportará más beneficios y alcanzará rápidamente los objetivos. Pero, según los expertos, entrenar tres veces por semana es suficiente para obtener resultados.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió este año sus recomendaciones de ejercicio entre adultos. Hoy en día, la recomendación es 300 minutos de actividad moderada y 150 minutos de actividad intensa. Según el organismo sanitario, este tiempo es suficiente para quienes quieran disfrutar de las ventajas que ofrece la rutina de entrenamiento.
El problema ocurre cuando se excede este límite. Entrenar de lunes a lunes durante horas puede provocar una intensa fatiga muscular, aumentando el riesgo de lesiones y reduciendo tu rendimiento. Recuerda que tus músculos necesitan descanso para recuperarse del esfuerzo del entrenamiento y, por tanto, conseguir los resultados esperados.
Por lo tanto, opte por hacer ejercicio cada dos días. De esta forma le das tiempo a tu cuerpo para que se recupere y gane fuerza para los próximos días.
4. Estirar es importante, sí
Para muchos, este tema puede parecer innecesario. Pero lo cierto es que estirar antes y después del entrenamiento aporta muchos beneficios a quienes llevan un estilo de vida más activo.
Antes de la actividad física, los estiramientos funcionan como un factor de prevención de lesiones musculares que pueden ocurrir durante la práctica. Es una forma de preparar el cuerpo para el ejercicio, hacerlo más flexible y ampliar sus movimientos. Después de la actividad, su función es relajar los músculos y, así, evitar dolores tras el entrenamiento.
Esta técnica también es responsable de:
- Activa la circulación sanguínea.
- Reducir el estrés y la ansiedad.
- Aliviar tensiones.
- Mejorar la conciencia corporal y la capacidad articular.
- Favorecer una sensación de relajación y bienestar.
Puede ocurrir que personas que llevan mucho tiempo haciendo ejercicio se olviden de estirar en estas ocasiones. Sin embargo, lo ideal es convertirlo en un hábito, hasta recordar este paso sin ningún esfuerzo.
5. Tomar un relajante muscular después del entrenamiento no es la mejor opción
Un tema que genera muchas dudas entre quienes practican actividades físicas es respecto a los medicamentos para aliviar el dolor después del entrenamiento. Es probable que ya hayas escuchado muchas especulaciones sobre el tema, pero no tengas ninguna información concreta.
Al fin y al cabo, ¿se pueden tomar relajantes musculares en casos de dolor tras la actividad física?
Los médicos y expertos no recomiendan el uso del medicamento para tratar el dolor muscular. Esto se debe a que los relajantes musculares y los medicamentos antiinflamatorios pueden enmascarar las molestias musculares y favorecer las lesiones. En otras palabras, el dolor continúa, simplemente dejas de notarlo.
Cuando ya no sientes el músculo adolorido, crees que puedes volver a entrenar e incluso tensar esa región antes de recuperarte por completo, lo que aumenta el riesgo de lesión.
Conocer esta información antes de empezar a hacer ejercicio puede ayudarte a evitar algunas complicaciones de salud. Por eso, recuérdalo siempre y prefiere formas más naturales de aliviar el dolor, como hacer estiramientos o relajarte después del entrenamiento.
6. Tener una dieta equilibrada marca la diferencia
Algo que sabemos que es importante, pero que olvidamos o dejamos de seguir con el tiempo es la relación entre alimentación y actividad física.
Es necesario entender que ni una dieta súper restringida ni rutinas de entrenamiento largas y agotadoras proporcionan mejores resultados por sí solas. Si tu objetivo es tener un cuerpo fuerte, sano y enérgico, lo ideal es combinar estos dos aspectos.
Todos debemos seguir un menú variado y equilibrado, con nutrientes que cubran nuestras necesidades. Pero quienes hacen ejercicio deben tener más cuidado con su dieta, ya que la alimentación ayuda con el rendimiento del entrenamiento y el período de recuperación muscular.
Por lo tanto, para poder rendir bien, tu cuerpo necesita tener un aporte nutricional adecuado de carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Ya te hemos dedicado un artículo en el que hablamos de los mejores alimentos para consumir antes y después del entrenamiento . En general, nuestras sugerencias fueron:
Pre-entrenamiento
- Tapiocas.
- Tortillas.
- Avena con fruta.
- Sándwich de queso y atún.
- Suplementos sintéticos pre-entrenamiento.
- Barra de proteína atrevida.
post-entrenamiento
- Jugos naturales.
- Sándwich de huevo o carne.
- Tortita de plátano y avena.
- Vitaminas con proteína de suero.
- Suplementos post-entrenamiento.
- Barra de proteína atrevida.
Nuestras barritas se pueden consumir antes o después del entrenamiento, ya que contienen todos los macronutrientes esenciales para el organismo: proteínas, carbohidratos, fibra y grasas. Además de tener un sabor surrealista, con opciones para todos los gustos. Vea nuestras opciones aquí.
Te ayudamos a seguir un estilo de vida más saludable
Todos los aspectos presentados a lo largo del texto son esenciales para una actividad física segura y eficiente. Por eso, ponlos en práctica antes, durante y después del entrenamiento y trata de no olvidarlos. Créanme, marcan la diferencia para quienes quieren seguir un estilo de vida más saludable 😊
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