Alimentos sin gluten, bajos en carbohidratos, sin azúcar, refrescos light, eliminar grasas... Todo esto puede parecer un buen camino hacia una dieta saludable y un metabolismo que funcione bien.
Pero, ¿es suficiente seguir estos pasos anteriores para mejorar tu dieta? ¿Qué dicen los expertos sobre las dietas restrictivas y el radicalismo alimentario?
Adoración del cuerpo versus bienestar físico y emocional
La búsqueda de un cuerpo esbelto y escultural se convierte en un martirio en la vida de muchas personas, convencidas de que no encajan en el tan deseado “estándar de belleza moderno” y muchas veces acaban recurriendo a dietas restrictivas propagadas irresponsablemente por agentes que generalmente conocen. nada sobre nutrición.
A través del discurso mediático, las redes sociales, los consejos de influencers, entre otras voces que cobran fuerza en el mundo contemporáneo de la imagen y el culto estético, muchas personas adoptan dietas radicales cuyas consecuencias van desde desequilibrio metabólico hasta graves trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia.
Estudios realizados por la Universidad de São Paulo (USP) revelan que la búsqueda de alimentos saludables está mucho más relacionada con el “miedo a engordar” y la “búsqueda de perder peso” que con el deseo de mantener hábitos alimentarios beneficiosos a la salud.
La situación empeora cuando se trata del cuerpo femenino. Las representaciones de la industria de la belleza están mucho más dirigidas a las mujeres que a los hombres y las consecuencias de ello son notables. Según la revista Veja, de cada diez casos de bulimia registrados, nueve son mujeres.
Estudios realizados por Unilever, con alrededor de 3 mil mujeres, revelan que sólo el 4% de las participantes se consideraban bellas.
En otra encuesta, esta vez realizada por la Secretaría de Salud del Estado de São Paulo, el 77% de los 150 jóvenes entrevistados eran “propensos a desarrollar algún tipo de trastorno alimentario como anorexia, bulimia o alimentación compulsiva”.
En los últimos años, el crecimiento del mercado del culto a la belleza ha hecho que la obsesión por la estética del “cuerpo tonificado”, disfrazada de estilo de vida saludable, se convierta en un auténtico problema en la sociedad y, con ello, el terrorismo nutricional azote el buen físico. y el bienestar emocional de las personas.
Rompiendo tabúes
Un cuerpo sano y un cuerpo sano son cosas diferentes. Sin embargo, no son excluyentes. Es posible tener un cuerpo tonificado y sano de la misma manera que es posible tener grasa localizada sin pérdida alguna en términos de salud física. Asimismo, también existe la posibilidad de que un cuerpo sano esté enfermo, lo que revela un lado oscuro del culto al cuerpo y del terrorismo nutricional. No basta con ser considerada bella. Cada organismo tiene unas características propias que deben ser respetadas, priorizando la salud y la calidad de vida por encima de todo.
Cuando se trata de nutrición, hay una cantidad absurda de información falsa y ruido que bombardea a la población por todos lados. Esto siempre crea cada vez más confusión en las personas que buscan comer sano, pero es muy importante tener cuidado de no caer en el sentido común y entender que cada cuerpo tiene sus propias reglas.
La nutrición es un asunto serio: ¿qué dicen los expertos?
Según la nutricionista Lorena Rodrigues, la búsqueda no debe ser de alimentos sin gluten ni grasas, sino más bien de alimentos más naturales. “No tiene sentido sustituir el trigo por productos industrializados llenos de conservantes”, comenta el experto.
La mantequilla animal, por ejemplo, comparada con la margarina, de origen vegetal, puede parecer menos saludable porque tiene una increíble concentración de grasa del 80% en su composición. Sin embargo, el hecho de que la margarina tenga una gran cantidad de grasas hidrogenadas para mejorar su textura la convierte en una opción sólo en casos extremos. La grasa hidrogenada es uno de los mayores villanos de la industria alimentaria y puede provocar varios problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, hepáticas, diabetes e incluso cáncer.
Cortar o reemplazar ciertos macronutrientes sin un control nutricional adecuado puede provocar efectos secundarios graves, incluido el desarrollo de intolerancias que posteriormente conducen, fatalmente, a desequilibrios y malestar fisiológico y metabólico. La nutricionista Lorena subraya: ningún extremismo trae salud a largo plazo. También completa y reafirma la importancia de no perder el placer de comer bien, y que la comida siempre debe aportarnos momentos de confort y bienestar.
Dieta sana sin culpa y sin terrorismo
Comer bien va mucho más allá de reducir grasas y carbohidratos. Es muy importante tener en cuenta que un cuerpo sano necesita todos los nutrientes y macronutrientes y no sólo proteínas y fibra como generalmente se entiende.
Comer frutas y verduras frescas siempre es una buena opción para reponer vitaminas, fundamentales para el correcto funcionamiento del metabolismo y fortalecer el sistema inmunológico. Las proteínas magras, como las carnes blancas, también tienen la función de mantener el sistema inmunológico y el metabolismo, además de ser muy importantes para ganar fuerza y restaurar el tejido muscular.
Las grasas “buenas”, como el aceite de oliva, por ejemplo, son extremadamente importantes para elevar los niveles de energía del cuerpo y animarnos a diario. También desempeñan un papel regulador en el control de los niveles de colesterol y reducen las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas.
Los cereales integrales y las barras de cereales cumplen una función antioxidante, es decir, reducen el envejecimiento prematuro, además de tener altas concentraciones de fibra para mejorar las funciones gastrointestinales.
Quienes piensen que comer chocolate es una desviación de la virtud de comer bien, están muy equivocados (sí señor y sí señora). Los estudios demuestran que el consumo moderado de chocolate semidulce y amargo aporta beneficios a las funciones cerebrales, reduce el daño por accidentes vasculares y controla el flujo arterial. Además, el chocolate también es bueno para el cabello y la piel debido a su poder antioxidante.
Increíble ¿no? Estas son algunas sugerencias para completar una dieta equilibrada, sin estigmas ni tabúes, para enriquecer tu alimentación y ayudarte a adoptar hábitos alimentarios más saludables. Pero recuerda: habla siempre con un profesional antes de adoptar cualquier dieta y, sobre todo, ¡respeta tu cuerpo!