Siempre escuchamos hablar de la importancia de seguir un estilo de vida saludable para vivir bien y plenamente. Pero, de todos modos, ¿qué significa estar sano?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no se trata sólo de la ausencia de enfermedades. Tampoco está relacionado con una dieta restringida ni con un entrenamiento muy intenso, como muchos creen. El concepto está más asociado al bienestar físico, mental y social del individuo. Es decir, estar bien contigo mismo y con los demás.
En los últimos años, cientos de estudios han demostrado los beneficios de tener una vida activa, tomar buenas decisiones en la mesa, cuidar nuestro sueño y controlar el estrés. La unión de todas estas decisiones que tomamos a diario conforma nuestro estilo de vida.
Podemos decir que estos son, efectivamente, los cuatro pilares de una vida sana. En este artículo mostramos por qué debemos ponerlos en práctica y cómo incluirlos en nuestra rutina, sin extremismos ni aspavientos. ¡Síguenos!
Después de todo, ¿qué significa tener una vida sana?
Cuando piensas en vida saludable, ¿qué imagen te viene a la mente? ¿Una persona con un cuerpo esculpido, que pasa horas en el gimnasio y sólo come ensaladas y alimentos fit?
Si esta es la idea que tienes sobre la salud, debes saber que estás muy equivocado. Estar saludable es mucho más que no comer algo que te gusta sólo porque no tiene los ingredientes buenos para tu salud.
Para nosotros está más asociado a pensamientos y actitudes que dejan nuestro cuerpo y mente dispuestos y en equilibrio. En la práctica hablamos de comer bien, cuidar nuestro sueño, mantener una rutina de ejercicio físico, tener buenas relaciones y evitar el estrés.
No hablamos de hacer ejercicio los siete días de la semana, ni de evitar comer dulces u otras delicias que tanto nos gustan. Estar saludable no es más que adoptar nuevos hábitos y tomar buenas decisiones en tu vida diaria, buscando tu salud, bienestar y felicidad.
Los pilares para una vida saludable
Como hemos demostrado, tener una vida saludable no significa seguir un factor aislado. Se trata, de hecho, de un conjunto de actitudes y comportamientos que mejoran nuestra salud y afectan positivamente a nuestro bienestar.
Estos son los que llamamos los pilares de una vida saludable, los cuales descubrirás cuáles son y cómo practicarlos en los siguientes temas :)
1. Ejercicio físico regular
El primer pilar de una vida saludable no podía ser otro. Siempre escuchamos que mantener el cuerpo en movimiento es fundamental para la salud, tanto física como mental.
Las investigaciones científicas muestran que las personas físicamente activas tienen un menor riesgo de desarrollar trastornos mentales, como ansiedad y depresión, que las personas sedentarias. Además, si se realiza con frecuencia, el ejercicio físico puede aportar varios beneficios:
- Fortalecimiento de los músculos.
- Reduce los riesgos de hipertensión y diabetes.
- Previene enfermedades cardiovasculares y crónicas.
- Mejora la calidad del sueño (otro pilar de una vida saludable).
- Reduce el exceso de peso.
- Previene la aparición de algunos tipos de cáncer (vejiga, mama, pulmón y estómago).
- Otros.
Y no, no creas que para disfrutar de todas estas ventajas es necesario pasar horas en el gimnasio o realizar entrenamientos intensos todos los días. Según la OMS, los adultos (de 18 a 64 años) deben practicar al menos entre 150 y 300 minutos de actividad física por semana, el equivalente a una hora de ejercicio durante cinco días o 40 minutos diarios.
Para quienes opten por realizar un entrenamiento más intenso, se recomienda 75 o 150 minutos semanales.
Consejos para hacer ejercicio y dejar el sedentarismo a un lado
A pesar de todos los beneficios que ofrece el ejercicio físico regular, hay un gran número de personas que aún no han adoptado este hábito en su rutina. Ya sea porque no has encontrado un deporte que te guste hacer o porque no tienes tiempo ni motivación.
Según la OMS, el sedentarismo ya es considerado uno de los “males del siglo”, ocupa el cuarto lugar en la lista de mayores factores de riesgo en el mundo. Sabemos que salir de esta condición no siempre es fácil, por eso Hemos reunido algunos consejos que pueden ayudar.
Haz algo que te guste
No todo el mundo lo sabe, pero es posible asociar la práctica de actividad física como algo divertido y placentero. Para hacer esto, necesitas encontrar algo que te guste y te dé placer.
Si no te gusta el culturismo, por ejemplo, puedes probar el entrenamiento aeróbico, como correr, andar en bicicleta y nadar. Las posibilidades son muchas, pero si aún no te identificas con alguna actividad, recuerda qué te gustaba hacer cuando eras pequeño. Esta puede ser tu modalidad preferida.
Haga del ejercicio una prioridad y organícese
Si hacer ejercicio no está en tu lista de tareas semanales es porque aún no es una prioridad en tu vida. Por eso, reserva un tiempo en tu día para dedicarte exclusivamente al entrenamiento. Organiza tu rutina para que puedas reservar tiempo para cuidar tu salud.
Respeta los límites de tu cuerpo
Cualquier cambio de hábito debe realizarse poco a poco, respetando tus necesidades y los límites de tu cuerpo. No empieces con un entrenamiento intenso todos los días de la semana. Ve poco a poco, hasta donde tú y tu cuerpo puedan.
2. Sueño de calidad
Conseguir un sueño reparador y de calidad es tan importante como mantener una rutina regular de ejercicio físico.
A pesar de toda su complejidad, el cuerpo humano no es una máquina y, por tanto, necesita reponer energía a través de la comida y el sueño. Los estudios indican que, mientras dormimos, además de descansar, nuestro cuerpo trabaja para mantener el equilibrio del sistema inmunológico, endocrino, neurológico y muchas otras funciones, como:
- Reducir el estrés.
- Reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes.
- Mejora el estado de ánimo y la sociabilidad.
- Aumenta los niveles de concentración.
- Consolida la memoria.
- Previene la aparición de trastornos mentales.
- Otros.
como dormir bien
Siempre escuchamos que lo ideal es dormir, en promedio, ocho horas diarias para que el cuerpo descanse por completo. Pero sabemos que no todo el mundo puede tener un sueño reparador.
Afortunadamente, adoptar algunos hábitos durante el día y antes de dormir puede ayudar mucho en este sentido. Vea cómo puede aprovechar al máximo su sueño con algunos sencillos consejos.
- Evite los alimentos estimulantes antes de acostarse.
- Mantenga una hora regular para acostarse y despertarse.
- Intenta terminar tu día unas horas antes de acostarte.
- Crear un ambiente propicio para dormir.
- Evite pensar en los problemas y preocupaciones cotidianos cuando esté en la cama.
3. Manejo del estrés
Otro pilar imprescindible para mantener una buena salud es tener control sobre el estrés. Según la OMS, el estrés es una epidemia que afecta al 90% de la población mundial. Esta es una respuesta espontánea de nuestro cuerpo cuando nos vemos sometidos a situaciones peligrosas o amenazantes, provocando cambios físicos y emocionales.
El estrés es un proceso natural y necesario para adaptarnos a los nuevos acontecimientos diarios, pero, en mayor medida, puede provocar daños capaces de afectar a todo el funcionamiento de nuestro organismo. Hipertensión, dolor de pecho, taquicardia e insomnio son sólo algunos de los problemas que provoca.
Sabemos que esta tensión puede ser causada por una presión excesiva en el trabajo, la pérdida de un familiar, una ruptura, la preocupación por el trabajo universitario y muchos otros motivos. Pero, hoy en día, existen técnicas de relajación de probada eficacia para reducir los niveles de tensión y evitar que se conviertan en un cuadro más grave.
Así que, cuando pases por una situación estresante, intenta respirar y exhalar lentamente, además de relajar los músculos. Hablar con personas de confianza sobre tus problemas y miedos, no ser tan exigente contigo mismo, practicar ejercicio físico y tener momentos de placer también puede ayudar a controlar la tensión.
4. Alimentación saludable
Por último, pero no menos importante, una alimentación saludable. Podemos decir que este pilar es la base de todos los demás. Al fin y al cabo, sin una dieta equilibrada y nutritiva, te resultará difícil dormir bien y controlar las situaciones estresantes. Incluso hacer ejercicio se vuelve más difícil sin una ingesta adecuada de alimentos.
Una dieta saludable no significa seguir un menú súper restrictivo o consumir sólo alimentos fit, como ensaladas, frutas y alimentos con poco sabor.
Comer bien significa comer de todo, pero con equilibrio y mucho placer. Una dieta verdaderamente saludable debe contener todo lo que tu cuerpo necesita para funcionar plenamente: proteínas, fibra, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Por lo tanto, lo ideal es que usted:
- Arma platos coloridos, con verduras, hortalizas y proteínas.
- Consuma frutas, verduras y verduras en su vida diaria.
- Consumir menos embutidos y alimentos procesados.
- Reduce tu consumo de sal y azúcar.
- Beba mucha agua todos los días.
¿Te diste cuenta cómo los pilares de una vida saludable van de la mano? Cada uno es capaz de aportarnos diferentes beneficios y, en conjunto, nos ofrecen una vida mejor y más larga.
Por lo tanto, asegúrese de incorporarlos a su rutina y compartirlos con sus amigos y familiares. De esta forma, también les animas a adoptar hábitos saludables.