Muchas personas, cuando se apuntan a un gimnasio, o incluso cuando deciden empezar una rutina de entrenamiento por su cuenta, no saben muy bien qué tipo de ejercicio deben realizar. Pero, ¿cómo decido si debo concentrarme en ejercicios aeróbicos, como correr y andar en bicicleta, o si debo concentrarme en el entrenamiento con pesas? ¿Cuál es el mejor?
La respuesta, de hecho, reside en una pregunta: ¿cuál es su objetivo en materia de formación? Si tu objetivo es ganar masa, el entrenamiento aeróbico no te servirá de mucho. Pero, si tu objetivo es la pérdida de peso y el acondicionamiento físico, estás en el camino correcto. Por otro lado, si tu objetivo es ganar masa muscular y aumentar la fuerza física, los ejercicios anaeróbicos son donde debes centrarte.
Los ejercicios aeróbicos y anaeróbicos son dos tipos de ejercicio distintos, el primero se caracteriza por un esfuerzo prolongado y poca carga, mientras que el segundo se caracteriza por movimientos que exigen mucha fuerza de forma inmediata, como el levantamiento de pesas, por ejemplo. Las dos modalidades, sin embargo, se diferencian entre sí principalmente por el tipo de “combustible” que utiliza el organismo para llevarlas a cabo. Entender.
Dos formas de generar energía para el cuerpo.
Para realizar actividades físicas, el cuerpo depende básicamente de un único factor: la energía disponible. Esta energía se produce, en primera instancia, por la degradación de las moléculas de trifosfato de adenosina (ATP). Entonces el cuerpo comienza a transformar las moléculas de glucosa en ATP.
Las moléculas de trifosfato de adenosina son la principal fuente de energía del cuerpo humano, encargadas de realizar básicamente todas las tareas del organismo, desde el transporte de sustancias dentro de las células hasta las funciones motoras de los músculos.
El proceso de fabricación de ATP se realiza de dos formas. La primera es a través de la síntesis de carbohidratos presentes en el organismo, obtenidos de los alimentos. Su descomposición genera dos moléculas de ATP. Este es un proceso rápido que transforma inmediatamente la molécula de glucosa en energía para ser consumida inmediatamente.
En el segundo proceso, el cuerpo utiliza las reservas de glucosa y el tejido adiposo (la capa de grasa del cuerpo) para crear una enzima llamada acetil coenzima A (Acetil-CoA) que reacciona con el oxígeno, obtenido a su vez a través de la respiración, en un proceso llamado fosforilación oxidativa. Esta reacción produce dieciocho veces más energía que el proceso anterior.
A pesar de liberar grandes cantidades de energía, este es un proceso que depende de una extensa y larga cadena de eventos fisiológicos para volver a producir ATP, de modo que, si por casualidad la actividad es muy intensa en un corto período de tiempo, el cuerpo inmediatamente Necesitamos más energía buscando esta carga a partir de los carbohidratos almacenados por el cuerpo.
Aeróbico o anaeróbico (fuerza): diferencias y especificidades
Vimos que existen dos formas de generar energía para que el cuerpo pueda realizar actividades. Uno mediante la descomposición de los carbohidratos presentes en las reservas del organismo. Y otro mediante la reacción entre el oxígeno y la enzima Acetil-CoA obtenida mediante la quema de glucosa o grasas. El primer proceso se denomina anaeróbico, conocido popularmente como ejercicio de fuerza, y el segundo se denomina aeróbico.
Ejercicios anaeróbicos (de fuerza)
Como hemos visto, cuando se realiza un gran esfuerzo de forma brusca, o en un corto periodo de tiempo, como un lanzamiento de peso o un sprint de 100 m, el cuerpo demanda una importante cantidad de energía para ser consumida de forma inmediata. Descomponer la glucosa es la forma más rápida de crear el combustible necesario para realizar la actividad. Este proceso no depende de ninguna molécula de oxígeno para realizarse.
Llamamos anaeróbicos a los ejercicios que entran en esta modalidad, como el ya mencionado lanzamiento de peso, salto de longitud, barra, entrenamiento con pesas, etc. Se trata de ejercicios enfocados a la explosión muscular y la fuerza física.
ejercicios aeróbicos
Cuando realizamos actividades físicas ligeras pero duraderas se necesita una enorme cantidad de energía. Sin embargo, el organismo tiene más tiempo para producirlo y puede utilizar otros recursos para generar ATP.
La glucosa es una sustancia sumamente importante para las funciones cerebrales y el cuerpo entiende que consumir grandes cantidades de esta sustancia puede ser perjudicial para el buen funcionamiento del cerebro.
Para generar la energía suficiente para permanecer haciendo ejercicio durante mucho tiempo, el organismo recurre al proceso de fosforilación oxidativa, como vimos anteriormente, que depende de la presencia de oxígeno y enzimas del grupo acetilo que se obtienen mediante la síntesis de glucosa o grasas.
Al ser la glucosa una sustancia del organismo, el organismo da preferencia a la descomposición de los lípidos para generar esta enzima que reacciona para producir una cantidad importante de ATP, que durante la actividad se irá consumiendo paulatinamente.
Los ejercicios que dependen de este proceso de oxidación de la enzima acetil se denominan ejercicios aeróbicos. Se trata de ejercicios más ligeros, pero prolongados, como caminar, correr, recorrer largas distancias en bicicleta, saltar la cuerda, etc. Estos consumen oxígeno para generar energía.
¿Cuál es el mejor?
Cuando hablamos de ejercicios debemos considerar que siempre se debe combinar una buena preparación física y una fuerza muscular razonable, es decir, una combinación de los dos tipos de actividades es ideal para un buen rendimiento en la rutina de entrenamiento. No hay mejor ni peor y todo depende de tus objetivos.
Los ejercicios aeróbicos son estupendos para quienes quieren adelgazar, ya que utilizan la quema de grasas como fuente de energía para realizar la actividad. Si quieres reducir medidas o incluso ponerte en forma y reducir el colesterol, opta por esta modalidad. Las carreras ligeras y prolongadas, las caminatas y los senderos para bicicletas son excelentes maneras de “refrescarse” mientras se practican actividades físicas.
Combinar ocio y ejercicio es una excelente manera de crear un ritmo de entrenamiento y fomentar el mantenimiento de tu rutina de actividades.
Si tu objetivo es ganar masa muscular y fuerza física, opta por ejercicios anaeróbicos que consuman carbohidratos en la producción de ATP. Esta modalidad no utiliza las enzimas obtenidas mediante la síntesis de grasas, por lo que son poco funcionales en este sentido. Sin embargo, generan gran resistencia y tonificación muscular, moldean el cuerpo, corrigen la postura, entre otros beneficios.
Esta modalidad, sin embargo, requiere una dieta específica para asegurar que tu cuerpo tenga niveles de energía adecuados para evitar el riesgo de quemar masa magra en el proceso de producción de ATP.
Mira en este otro artículo cómo una adecuada dieta pre-entrenamiento es importante para un buen rendimiento en ejercicios de fuerza.
¿Te gustó el contenido? Ahora puedes crear una rutina de ejercicios que se adapte a tus intereses personales sin preocuparte por “hacer algo mal”. ¡Disfrutar!